viernes, 8 de febrero de 2013

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El combate del año pasado fue el que normalmente se da entre el pasado y el presente, que enseguida se convierte en futuro librándonos hacia el cliché de todo pasado fue mejor. Acostumbrarse de nuevo no le gusta a nadie, y mucho menos cuando se trata de un software al que, función más, función menos, venimos usando hace más de 20 años. 8 cambió en relación a Windows 8 mucho más que lo que las anteriores actualizaciones habían hecho, y en este primer artículo sobre el tema hacemos un Windows 7 versus Windows 8 mostrándote en qué cambió el sistema operativo a nivel usabilidad, estética y rendimiento.


Windows 7 le demostró al que Microsoft no era grande porque robaba patentes, ejercía monopolios y se aprovechaba de mercados pujantes con participantes en agonía. El sistema operativo que le siguió a Vista pareció ser el resurgir necesario para la marca en cuanto a aceptación pública de los expertos, dejando de lado la simpatía inercial de quienes no saben mucho y consumen Windows porque está impregnado en nuestros chips culturales, y dejando de lado la apatía forzada de quienes aborrecen a Microsoft sólo porque odiar es más fácil que competir. Windows 7 superó expectativas y por ese lado, pero luego de algunos años de reinado y aceptación, justo cuando el público se había adaptado a él resignándose ante la muerte de Windows XP, Microsoft anunció Windows 8, con un arsenal de cambios que costaría y costará digerir.

La espera y la llegada de Windows 8 fue una de las más espectaculares debido a la anticipación con la que los usuarios pudieron saber sobre las características principales del sistema operativo y hasta probaron con las versiones previas cómo se sentía la experiencia. Pero principalmente, Windows 8 se lanza en medio de un auge innegable de los sitios de revisión, las redes sociales y la comunicación instantánea, donde cada característica, performance o secreto se sabe casi al momento de producirse. Enfocados a lo que Microsoft cree será la próxima generación de ordenadores, los cambios impactaron porque realmente son un lavado de cara impresionante y revolucionario en cuanto a la herencia estética que tuvo Windows 7. Esto es justamente lo que analizamos en este artículo, donde revisamos 10 formas en las que Windows 7 se diferencia de Windows 8, sin ahondar en el rendimiento o en la performance, materias para un estudio más exhaustivo. Empecemos con este Windows 7 versus Windows 8.


La pantalla de inicio.

Tal vez uno de los cambios más característicos y simbólicos de lo que es Windows 8 estos días. Es ahí, en la pantalla de inicio, donde la incorporación de elementos visuales traídos de la interfaz de Windows Phone hace el calado más grande y la diferenciación más notoria entre Windows 7 y Windows 8, por lo menos en lo que a estética y usabilidad refiere. Minimalista y escandalosamente colorido a la vez, las formas rectangulares, como botones web gigantes presionables con el dedo pulgar de Hulk, los accesos directos a contactos, correo, fotos, videos, mensajes, tiempo, el escritorio convencional, juegos, cámara, música y a todo lo que quieras acceder. Si no te da con una pantalla, puedes mover el escritorio lateralmente y seguir viendo botones gigantes para acceder más rápido a tus actividades. Incluso hay Live Tiles, que son mosaicos donde se mostrará información dinámica sobre clima, mensajes, promociones y más, donde las aplicaciones tendrán mucho que ver. Del típico escritorio de Windows 7 y versiones anteriores con el botón de inicio en la barra de tareas a esta celebración de lo táctil, hay un trecho enorme y el futuro dirá cómo nos adaptamos a esto.




Explorador Ribbon



Celebrada y deplorada por millones, la interfaz Ribbon se presentó por primera vez en Microsoft Office 2007 y luego fue implementada por las consecuentes versiones de Office y también por Autodesk. Gustó tanto, que incluso surgieron aplicaciones que tenían el fin de llevar la exploración Ribbon al explorador convencional de Windows Vista y 7. Basándose en este éxito, Windows 8 incorporó por defecto a la interfaz Ribbon. La posibilidad de desactivarla está presente, pero una vez que te acostumbras, el modo de exploración y la cantidad de accesos directos disponibles se convierte en una ayuda para ahorrar tiempo.




Aplicaciones y tienda exclusiva



En Windows 7, promocionada o no, las aplicaciones se descargaban desde el navegador o se instalaban a través de CDs/ DVDs, pero el futuro llegó a Windows y tomando el volante que Google, Android, Apple y otros más vienen manipulando con sobriedad, Microsoft se anotó a las aplicaciones que vende o deja descargar gratuitamente en su tienda exclusiva llamada Windows Store. Ahí puedes buscar aplicaciones de todo tipo específicamente, así como navegar a través de las mejores aplicaciones recomendadas o como mirar a través de aplicaciones por categoría. Cuando las aplicaciones se actualizan, también puedes descargar estas actualizaciones muy fácilmente, al igual que lo harías en iOS o Android.






Integración con la Web



Salvo excepciones contadas con los dedos de la mano, la integración de Windows 7 con la red siempre se tenía que dar a través de las aplicaciones de terceros o propias de Microsoft, pero rara vez desde alguna nativa. Esto quedó un poco obsoleto ante la cotidianidad, donde subir archivos a la nube, interactuar a través de redes sociales o hacer coincidir escritorios en diferentes dispositivos es algo que cada vez crece más y se instala como “la forma en la que computamos” hoy día. Sabiendo que un ordenador sin conexión a internet por estas horas queda reducido a muy pocas actividades interesantes para la mayoría, Microsoft integró en Windows 8 su sistema de alojamiento de archivos en la nube llamado SkyDrive. En otro aspecto de la integración,
Windows 8 da soporte nativo para notificaciones de Facebook, Twitter y LinkedIn, entre otras redes sociales. Por cierto, tu cuenta de Microsoft también es asociable, con lo que puedes compartir escritorios, hacer actualizaciones, backups y recibir notificaciones varias.